La noche del 21 de octubre fue la elegida para recibir juntos el día del aniversario número 30 de Coordinadora.


Afuera, una fría y pertinaz llovizna en la ciudad contrastaba con el cálido ambiente que habitaba en el salón del Centro Cultural y Recreativo Hijos de Galicia. A medida que los asistentes iban poblando el lugar, la cosa se iba armando entre risas y reencuentros, entre charlas y recuerdos de socios y colegas de todas las épocas.
 
Susana Ferrer, secretaria general de CPU, tomó el micrófono para unas breves palabras de bienvenida y agradecimiento e inmediatamente la secretaria de Agrupaciones, Rosa del Puerto, invitó a una de sus ya tradicionales Danzas Circulares del Mundo, como forma de evocar el espíritu colectivo y, por qué no de paso, comenzar a aceitar el esqueleto para cuando la música convocara al movimiento.

Mientras la barra de deliciosos tragos surtía sin descanso y a las mesas comenzaban a llegar al rescate las primeras tandas de riquísimas pizzas, desde los potentes parlantes irrumpieron sin mucho preludio los primeros acordes, que ya no se detendrían hasta entrada la madrugada. Y los psicólogos tampoco.

Porque si por algo pueden sacar pecho y sentir orgullo los de esta tribu, es por su actitud y gracia para el baile. No hubo género que quedara afuera de la carta musical, como tampoco hubo quién no se haya animado al menos un rato a tirar unos pasos. Todo fue diversión en ese tramo en que la música tomó las riendas de la noche, bajo el rasante vuelo de las luces robóticas y de los flashes de celular, señal inequívoca de las decenas de selfies que se dispararon para inmortalizar ese momento de diversión y fraternidad.

Como suele suceder en estos casos, hubo entre las y los bailarines aquéllos que ni la llegada en oleadas de suntuosos calzone y chivitos los convencieron de abandonar la pista, aunque finalmente cedieron a un necesario descanso reponedor. Con la música en segundo plano, fue momento del tradicional sorteo de premios que dejó contento a no menos de la mitad de los asistentes, que papelito en mano esperaron ansiosos que su número fuera el cantado. Y para cerrar, ya transitando las primeras horas del domingo 22 se escuchó fuerte el ‘Que los cumplas…‘ para compartir la torta que todo cumpleaños se merece y volver a casa con el corazón contento y un dulce recuerdo.


 

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